“A Life Not Lived For Others Is Not a Life”: Volunteering During COVID-19 in Cienfuegos

One day I heard the phrase, “A life not lived for others is not a life”, and although throughout my life I have tried to live up to this, a historic moment came, which has since marked a before and after in our lives.For an entire year the world and our country has been marked by the impact of the Pandemic, which has made us completely change our realities. In Cuba, it has been a challenge to be able to deal with this context, but the response has been clear. In this case, the University has given us opportunity to serve by: being available to the people who are today most vulnerable; participating in the distribution of food and medicines; carrying out research in work directly linked to agricultural production and; working as volunteers in hospitals and isolation centers of contacts of positive cases. Trying to help from our position in all needs allows us to grow in the values on which we have been formed.

During the days we serve at the isolation center at our University of Cienfuegos, dedicated to patients who have been in contact with positive cases, we were able to corroborate the importance of so many things that we do not value every day enough, such as the freedom to be able to walk without worries, being able to embrace and kiss, as something essential in our culture, or simply have the option of choosing what I want to do. Looking at the pain face-to-face, the uncertainty of a positive response is shaping everything we care about and increasing the sense of social responsibility in the face of the constant struggle to emerge victorious from this task.

It is a source of pride to have students and teachers who demonstrate daily their dedication, their humanism, their commitment to their country, who set aside the academy to dedicate all their efforts for a better humanity.

Un día escuche la frase: ‘Quien no vive para servir, no sirve para vivir’, y aunque durante toda mi vida he tratado de hacer eso mismo, llegó el momento histórico, que marcó un antes y un después de nuestras vidas.Durante todo un año el mundo y nuestro país se ha visto marcado por la influencia de una Pandemia, que nos ha hecho volcar nuestras realidades a otras totalmente distintas. En Cuba, ha sido un reto poder lidiar con este contexto, pero ha sido unánime la respuesta; en este caso la Universidad nos brindó la oportunidad de servir, de estar a la disposición de las personas que hoy son más vulnerables, se ha participado en la distribución de alimentos y medicamentos, realizando pesquisas, en trabajos directamente vinculados a la producción agrícola y trabajando como voluntarios en hospitales y Centros de Aislamiento de contactos de casos positivos. Intentar ayudar desde nuestra posición en todas las necesidades nos permite crecer en los valores sobre los cuales hemos sido formados.

Durante los días que prestamos servicios en el Centro de Aislamiento de nuestra Universidad de Cienfuegos, dedicado a pacientes que son contactos de casos positivos, pudimos corroborar la importancia de tantas cosas que día a día no valoramos lo suficiente, como la libertad de poder caminar sin preocupaciones, el poder abrazar y besar, como algo imprescindible en nuestra cultura, o simplemente tener la opción de escoger que quiero hacer. Mirar el dolor cara a cara, la incertidumbre de una respuesta positiva va moldeando todo lo que nos importa y acrecienta el sentido de responsabilidad social ante la lucha constante por salir victoriosos de esta tarea.

Es un orgullo poder contar con estudiantes y profesores que demuestran a diario su entrega, su humanismo, su compromiso con su país, que dejan a un lado la academia para dedicar todos sus esfuerzos por una humanidad mejor.